sábado, 12 de diciembre de 2009

Soldados

El otro día,un compañero me entrevisto como soldado,y,me resultó curioso que las preguntas que me hacía,en muchos casos,eran las que me suele preguntar todo el mundo.

Muchos me preguntan que porque soy militar,que porque lo hago,que porque paso por tantas penurias,porque paso hambre y frio,cansancio y fatiga,es porque soy una especie de yonki de la milicia?Y sabeis que hago yo?La mayor parte de las veces me callo,no porque no tenga una respuesta,sino porque lo más probables es que no la entiendan,no entienden lo que hacemos,no entienden que se trata de los tíos que tienes al lado,lo haces por ellos,por ellos,esos que pasan por todo junto contigo.Y eso es todo.Eso es todo lo que es. Los hombres y mujeres que están siempre a mi lado son de todos tipos,provienen de todos los estratos de la sociedad,de todas las puntas de España,muchos son personas,que en otras circunstancias no trataría,pero para mi son algunas de las mejores personas que he conocido y conoceré nunca.

Son demasiados para nombrarlos a todos,todos lo merecen,pero la lista es demasiado larga:
Vanesa,Ruiz(Boina Verde),Lobo,Olalla(Judent),Mendez(GOE),Maria,De la flor(Flower), Calvo,De pradas,Real(Bombero),Santiago,Toledano,Nombela(Mataperros),etc....

Por último,para expresar lo que es ser un infante,solo poner un texto de Camilo José Cela,que lo refleja bastante bien,porque,no somos unos infantes cualquiera,porque somos INFANTES ESPAÑOLES!!!

A pie y sin un ochavo en los bolsillos, calados hasta los huesos y con el estomago frío; en la vista una nube de hielo y en el dedo que oprime el gatillo un sabañón.

El día 8 de Diciembre hace frío, mucho frío, pero nunca bastante para frenar a la Infantería, que con un trajecito de dril, derrite la nieve de los montes y la escarcha de los ríos difíciles y el hielo que oprime los corazones en desgracia.

Ningún oficio mas bonito que el de capitán de infantería, artesano del valor heroico, orfebre del valor estoico, que va a pie donde lo mandan con sus hombres detrás, y que a veces se queda en el camino con una bala “! Con que facilidad, Dios mío! “que le para los pulsos del corazón.
La guerra no es triste, porque levanta las almas. La guerra no es triste porque nos enseña que fuera de la Bandera, nada, ni aún la vida, importa.

La Infantería es la guerra a pie firme, la guerra cara a cara, la vida jugada a cara y cruz de la victoria y la muerte. La infantería es la guerra a cuerpo limpio, y el infante lidiador que lleva el espíritu armado de un estoque de fuego, como un arcángel de estrellas en la bocamanga.
La Infantería no es la materia, es el ligero y tenue soplo que vivifica.
La Infantería no es la masa, es la compañía.

La Infantería no es, a veces, ni el concierto; es siempre la canción arrebatada del solitario centinela, que canta para que el Cabo de Guardia sepa que esta vivo.

Quien no haya sido soldado de Infantería quizá ignore que cuando el hombre se cansa, aún le faltan muchas horas y muchas leguas para cansarse. Porque el secreto de la Infantería, (nosotros estamos hablando naturalmente de la Infantería Española, la de las cornetas en el cuello de la guerrera) es el de sacar fuerzas de flaqueza y hacer de tripas corazón. Que nunca mas noble fin tuvieron, ni nada mejor pudieron servir.

Quien no haya sido soldado de Infantería que cuando el hombre se lanza, cuando al hombre se le calienta la sangre, lo mas difícil es pararlo y enfriarlo. Porque el otro secreto de la Infantería es el de calentar el aire con la mirada y darse cuenta de que la batalla terminó cuando el soldado crema que estaba empezando. Que nunca mejores temples se conocieron ni en más gallardo menester se emplearon.

Quien no haya sido soldado de Infantería quizá ignore lo que es sentirse amo del mundo a pie y sin dinero.

A pie paseamos por donde quisimos, porque el que no va a pie, no se entera y os lo dice un vagabundo. Y sin dinero izamos nuestra Bandera donde nos dio la gana y donde nos mandaron, porque la victoria no es algo que se compra sino que se conquista y os lo dice un pobre.
Ningún oficio más bello que el de infante, que lleva su casa a cuestas como el caracol y se pelea porque no admite jaques; como el león y como el gallo y como el toro. Sin medir las fuerzas (que no fuera noble presentar las batallas ganadas) y sin mirar atrás porque detrás no hay nada, absolutamente nada.

Con el frío del 8 de Diciembre se calienta nuestro corazón al pensar, como a una novia a la que quisiésemos, en la Infantería.

Resuenan pífanos marciales y aún nupciales en la última y más profunda revuelta de nuestros oídos y aún se estremece, gracias a Dios, ese ultimo nervio que en los cuerpos de los bien nacidos se guarda, como oro en paño, para que vibre en las ocasiones solemnes.
Camilo José Cela





2 comentarios:

  1. Me alegro de volver a verte en activo, y supongo que ya lo sabrás, pero la Chacón va a hacer una ley de derechos y deberes del militar español. ¿Ansioso por que salga, o cagándote encima de miedo?

    ResponderEliminar
  2. pfffffff,miedo me da,algo había oído sobre la ley,pero,por lo que se,ya trae cola,por lo visto este finde hubo o hay una manifestación de militares que deben ir enmascarados con pasamontañas,ya que si los reconocen es delito.

    ResponderEliminar